11/28/2007

BREVIARIO DE LO IRREVERSIBLE, 2007


La tranquilidad me causa nauseas. Sus efectos son irreversibles y la rutina mitiga todo resentimiento. Frases como “Buenos días”, “el café está menos amargo o este día es igual de denso a los demás” se transfiguran en gélida morfina para la sobrevivencia. Los sueños se defecan por ventanales.


Se desvanece tu actitud de semidiós que conjuga la palabra amar con mitomanía; del instinto paso a la pesadumbre, sin embargo, esa falacia se inviste de perfección cuando me aíslas con tus cabalgatas de cabrío y embistes mi cuerpo con tu sudor; así, el orgasmo se anuncia y me dices al oído: Recuérdame como Lot y no como el hombre que se desahoga con cualquier hembra. Sello tus labios con el salitre que derraman mis senos y digo sin prejuicio: Padre, te amo.
Ilustración: Juan Soriano

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